Dicen que estas pruebas sirven para medir las capacidades linguísticas y matemáticas de niñas y niños de 9 años. Después de convivir más de 100 días y casi un millar de horas en las aulas de septiembre a mayo: ¿qué pasa, que el personal docente no sabe diagnosticar perfectamente sus capacidades tras todo ese tiempo? ¿En las tres horas aproximadas de realización de dichas pruebas vamos a descubrir algo nuevo acerca de sus capacidades? ¿Se nos habrá pasad por alto algún aspecto crucial para su desarrollo educativo que van a detectar las pruebas al estar realizadas por expertos ajenos y no por las personas que llevamos bregando con la infancia todo el curso? ¿No les habremos hecho pasar por suficientes pruebas, incluso desgraciadamente, exámenes, para que nos impongan otra que únicamente va a servir para fomentar las comparaciones entre centros y comunidades?
Estas pruebas suponen un insulto a la profesionalidad de todo el profesorado, un derroche, una pérdida de tiempo absoluta, a la vez que encubren una manera de entender la educación no como una labor de ayuda al desarrollo de todas las capacidades de las personas, sino como un instrumento de clasificación y jerarquización de las mismas.
A partir de mayo, además de las calificaciones numéricas de 0 a 10 en las evaluaciones ordinarias del curso, dispondremos de otra calificación más para calcular nuevas medias aritméticas y hacer juegos malabares con ellas, como si significasen algo relevante, como si ayudasen a educar.
Como sabéis, propongo un boicot activo a dichas pruebas que pase por la incomparecencia del alumnado a clase los dos días del mes de mayo en que se vayan a realizar.
Un examen
medirá el nivel de matemáticas y lengua de los alumnos de tercero de Primaria
El Ministerio de Educación ha publicado un modelo de
pruebas, que recomienda celebrar en mayo, durante dos jornadas y varias
sesiones
O. ESTEBAN
20 diciembre 20
«En el colegio se celebra una
olimpiada. Hay una caseta para repartir botellas de agua. Al iniciar las
olimpiadas, había 2.150 botellas de agua y al finalizar quedaban 625 botellas.
¿Cuántas botellas de agua se consumieron?» Esta sería una de las preguntas que
deberían contestar los alumnos de tercero de Primaria, en la evaluación de
carácter diagnóstico que la LOMCE impone para este nivel y cuyos contenidos
modelo acaba de publicar el Ministerio de Educación. El objetivo de esta
evaluación es «comprobar el grado de dominio de las destrezas, capacidades y
habilidades en expresión oral y escrita, cálculo y resolución de problemas en
relación con el grado de adquisición de la competencia en comunicación
lingüística y de la competencia matemática».
Cada
comunidad diseñará sus pruebas de evaluación, pero el ministerio ha publicado
estos modelos como «información y orientación a la comunidad educativa», así como
un Marco General, un amplio documento que describe desde cómo explicarle el
examen a los niños hasta cómo corregirlo, que ha sido elaborado en colaboración
por 14 administraciones educativas (Asturias no ha participado) y el propio
ministerio.
El
Gobierno recomienda celebrar la evaluación en el mes de mayo, para contar con
tiempo suficiente para hacer los informes antes de que finalice el curso y para
que las fechas no coincidan con otras pruebas. El modelo presentado se
estructura en cuatro pruebas. La primera sería la de comprensión oral y
escrita. En ella, los alumnos de Tercero escucharían varios audios sobre los
que después deberían responder a varias preguntas. En el ejemplo del ministerio
buena parte del trabajo se basa en el cuento 'La bruja caramala', tan malvada
que logró que niños sanos, que comían fruta, verdura y pescado y hacían
ejercicio, sólo quisieran estar tumbados y comiendo golosinas, refrescos y
comida basura. El segundo documento sonoro es un anuncio radiofónico. Además,
se plantean varios textos, uno de ellos sobre los beduinos, que deberán leer y
entender. La segunda prueba es la de expresión oral y escrita, donde deberán
escribir varias piezas con especial cuidado de la ortografía, la puntuación y
la capacidad de descripció
En cuanto a la competencia
matemática, se divide también en dos pruebas, ambas de cálculo y resolución de
problemas. Operaciones matemáticas, unidades de medida, cálculo de
superficies... «La madre de Tico le dio 50 euros para las compras. Los gastos
han sido: 28 euros en la comida del perro, 10 en la comida de los pájaros, 2 en
una cuerda y 5 para azúcar y leche. ¿Cuánto dinero devolvió Tico a su madre?»
Es solo un ejemplo.
Según la
documentación publicada por el Ministerio de Educación, la evaluación permitirá
no sólo tener un 'diagnóstico' individual de cada alumno, sino también del
nivel general del centro y del territorio. «En caso de resultar desfavorable,
deja en manos del equipo docente el adoptar las medidas ordinarias o extraordinarias
más adecuadas», planteando incluso la «revisión de los procesos de enseñanza y
aprendizaje». De hecho, la evaluación trata de mejorar la orientación que
reciben los propios alumnos, pero también sus familias y los centros, que
cuando tengan una «evaluación más detallada del rendimiento académico de sus
alumnos» podrían abordar planes de mejora.
El Gobierno aconseja realizar la
evaluación en dos jornadas y varias sesiones, con descansos de 20 minutos entre
ellas. Por ejemplo, las de competencia matemática se harían en dos sesiones de
entre 35 y 45 minutos. En cuanto a la competencia lingüística se proponen
también dos sesiones: una de entre 35 y 45 minutos para la expresión escrita y
otra de entre 40 y 55 minutos, para la comprensión, comenzando con la oral e
incluyendo las grabaciones en audio.
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